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Un poco de historia.

Al final de la Edad Media, en el S. XV, el desarrollo de la navegación hace que se pueda llegar a lugares lejanos donde se descubrieron nuevos productos y materias primas como: la patata, el tomate o el cacao.
 

Para ello se usaban barcos que unían velocidad y capacidad de carga. Combinaban velas cuadradas, y velas triangulares. Su tripulación solía rondar los 30 marineros. Tenían gran capacidad de carga, y gran autonomía y podían realizar largos viajes. Además, llevaban cañones.

Entre las exploraciones más importantes de la época destacamos dos: la llegada a La India por parte de los portugueses y el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1.942.

 

 Algún tiempo después del descubrimiento de América, en 1.519 salió de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)  una expedición de cinco barcos y 250 marineros capitaneados por Fernando de Magallanes y su contramaestre Juan Sebastián Elcano. Su objetivo era encontrar el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico y conseguir dar la vuelta al mundo, lo que consiguieron en el año 1.522.